martes, 23 de marzo de 2010

Fray Perico en la guerra. Capítulo 41.- La sed.

A nadie se le había ocurrido traer unas tinajillas a nadie solo que a fray Perico. Todo el mundo empezó a beber y por una se quitaron la sed de encima y por una vez pensó.

Fray Perico en la guerra. Capítulo 38.- La torre del gallo.

los franceses desmoronaron la torre del gallo destruyeron la bandera roja y amarilla
estaba toda agujereada


Abraham

martes, 16 de marzo de 2010

Fray Perico en la guerra. Capítulo 46.- Morir por amor.

Una losa del castillo se rompió y empezó a temblar el castillo como si hubiera un terremoto. Eran
dos soldados del castillo y se oyeron voces y gritos.
El tío Lombrices tiró una zapatilla y salio corriendo con una pierna menos hasta que al final ya se
quitó las voces y los gritos y todo el convento se quedó en silencio.

Fray Perico en la guerra. Capítulo 45.- ¡Cataplúm!

El reguero de pólvora seguía dejando su estela por todas las calles. Un viejo judío que vivía en la calle de los Moros encendió un cigarro y la cerilla cayó en el reguero de pólvora.
Se hizo fuego que y de las calles de los Moros se fue para dos direcciones.
El fraile vio el fuego que se acercaba y llamo a Calcetín. Calcetín bajó las ancas y la carga resbaló.
Luego fue por la calle Penitencia y se fue por los pasadizos que llevan a Santa Ana. Los soldados recogieron los sacos de pólvora pero vieron las llamas y tiraron los sacos al suelo entoces seguía el fuego. Al final se puso un perro a hacer pis en el reguero de pólvora y se apago el fuego pero dio un buen susto.



Laura Santos Hinojosa

Fray Perico en la guerra. Capítulo 44.- El reguero de polvora.

EL REGUERO DE POLVORA


El asno bebía alli cien o más avispas, y Fray Perico y los soldados también. No cabían animales allí, y enfadó a una avispa y le dio un picotazo al burro en los hocicos.

El burro dio unos cuantos saltos y sin querer le dio a un saco de pólvora, fueron a parar al pilón.

Los franceses se quedaron asombrados. El capitán dijo:

-Vamos a la plaza de las Agustinas y tenemos que traer tres sacos en lugar de dos. Que por un borrico no se tiene que quedar en la torre de Santa Ana ¡Y por una avispa tampoco!
con los sacos de pólvoras
Hicieron el mismo camino, y enfrente de fray Cucufate, Santa Úrsula y los soldados estaban con los saco de pólvoras. Los franceses cargaron tres sacos de pólvoras en el burro y se fueron.
Cruzaron a fray Cucufate, cruzaron una calle y apartaron al asno de beber, porque ya iba a beber y se fueron para la calle de Santa Ana para ir a los Milagros.

María Sánchez López

Fray Perico en la guerra. Capítulo 43.- La avispa.

El capitán le dio la estaca a fray perico. Le puso un asno blanco que tenia cara de pocos amigos y le dijo:
-dale al asno y haz que ande.
El asno recibió el palo y levantó las patas traseras, dio dos coces a fray perico y lo dejó tumbado en el suelo. Los soldados riendo dijeron:
-parece que os lleváis muy bien.
El burro se avía comido el ala de fray perico.
Fray perico ese mismo día se dio cuenta de ese borrico era calcetín, su borrico.


Sergio Pavón García

Fray Perico en la guerra. Capítulo 42.- Los puñetazos.

LOS PUÑETAZOS
Fray Perico subió por la calle de abajo. Había un mendigo tullido y el mendigo le pregunto a Fray Perico:
¿ Quien eres?
-Un mendigo como tú.
-No tu eres Fray Perico el del convento.
¿ Como lo sabes?
-Yo también soy del convento, soy el del chocolate
A tu eres Fray Cucufate, el del chocolate, pasaron unos franceses y Fray Cucufate le dio un puñetazo a Fray Perico le dio uno mas fuerte y lo tiro al suelo y pasaron de largo sin ni siquiera mirarlos pero el coronel miro a Fray Perico tu eres delgaducho pero tienes mucha fuerza, a ve si haces andar a este burro.

Fray Perico en la guerra. Capítulo 40.- La bandera.

La bandera

A lo lejos se veían unas manchas, eran soldados. Se empezaron a oir unos grito y las manchas desaparecieron los se retiraron el cuerpo inerte Pascasio diciendo sus ultimas palabras
-Viva España, viva su bandera.
El capitán llego vio el cuerpo inerte de Pascasio y dijo:
Sera difícil conquistar el castillo.
A lo lejos no se oían los gritos ni disparos.

Fray Perico en la guerra. Capítulo 39.- La torre del moro.

Pascasio cogió de nuevo la bandera llena de sangre y fue a la muralla oeste hacia el solidario torreón del moro que defendía un costado del castillo. Elpidio, el maestro gritaba:
-!Vuelve acá, muchacho! !Eso es cosa de mayores!
Pascasio apretó los puños. Subió por las piedras del Torreón del moro yy colocó en una grieta lo que aún quedaba de la bandera.
Casiana se sentía culpable por aquella locura. Se separo de la ventana, salió al patio de armas y corrió como pegado a la barbacana, hacia el Torreón del moro. Todos dijeron que donde iba esa loca y Casiana fue hacia el revuelto del montón de piedras y gateó ligera. A Casiana le dió un vuelco el corazón. Tambien estaba Pascasio con la camisa ensangrentada y la cabeza inclinada hacia el talud. Casiana oía el latir de su corazón y no le pude decir a ese chico que era el mas valiente del castillo.

Fray Perico en la guerra. Capítulo 36.- El disparo.

CAPITULO
36
EL DISPARO

Fray Tatamudo sacó un mechero, dio a la piedra y se encendió a la primera. Era oro
y brillaba como un ascua. Fray Patapalo lo reconoció en seguida y felicitó a su
compañero por haberle quitado aquel valioso recuerdo al general.
¡Era tan bueno que se lo quité cuando me abrazaba!
Con la tenue luz del mechero encontraron unas antorchas que debían de estar ahí un siglo


Fray Perico en la guerra. Capítulo 37.- La huida

LA HUIDA
Sono una trompeta y el tío Zimborio entro triulfalmente en la plaza de Santo Tome.
¡Pom, pom, pom! La Tía de la Peineta entro golpeando un enorme pandero.
Las centinelas, asustados, prepararon las armas.
-¡Alto ahí!
-¡Somos los gitanos!
El tío Zimborio colocó un pequeña escalera de tijera en medio de la plaza, dio otro trompetazo,
y la cabra encaramo.
¡Saluda!-grito el tío Zimborio.
El oso bajo la cabeza cuatro veces y los dos lo aplaudieron.

Fray Perico en la guerra. Capítulo 34.- Los últimos momentos.

los últimos momentos
De pequeño yo era muy malo

Fray Perico en la guerra. Capítulo 33.- El consejo de guerra.

33 CONSEJO DE GUERRA.
¡Buuuuum! El general francés salto por los aires y fue a caer en su caballo.
El general enfadado,pegó al caballo y trepo por la ladera del monte y se acerco al campamento.
El general tenia las orejas chamuscadas de su caballo,su uniforme y sus botas rotas.
Luego señaló hacia unos jóvenes que se dirigía hacia el castillo. Como soy zurdo y tengo lombrices se me van los cañonazos a la cuesta de las perdices.

Fray Perico en la guerra. Capítulo 32.- El espantapájaros.

Fray Perico asomó las narices entre los juncos.
Fray Perico no dejaba de rezar:
-San Francisco, una manita.
Fue un tronco negro y nudoso que bajaba por el río, y Fray Perico cuando pudo agarró se agarró al tronco y como pudo se agarró bien.
Cuando llegó al Sendero del Caballo, desembarcó entre unos álamos y unos sáuces.
Se encontró con un hombre inmóvil, que miraba un campo llenos de tomates. Fray Perico le dijo:
-¿Me das unos pocos de tomates?
El hombre no contestó y fray perico le dijo:
-¿Que pasa es usted sordo?
Pero al rato se dio cuenta de que era un horrible espantapájaros. Fray Perico lo cogió y se lo
llevó a su campo melonar y se fue para dentro.
Cuando salió venía vestido con un pantalón de pana, un sombrero roto y una camiseta vieja.
Después Fray Perico se fue por toda la ciudad.
Rocío Cintado Suárez

Fray Perico en la guerra. Capítulo 30.- El rebuzno.


El rebuzno

Se iba Fray Perico de la ciudad, pero cuando se iba se encontró un burro que se parecía a Calcetín,
su antiguo burro. Cruzó el puente y cuando llegó al final se sorprendió porque no era nada más que el burro sino que también había un anciano.
Fray Perico le preguntó al anciano:
¿Qué le pasa al burro?
Nada es que le he puesto unos cuantos de clavos para que no se lo lleven los franceses.
Bueno hombre,¿a visto a un burro igual que ese?
En la ciudad había muchos burros, pero uno destacaba mas que todos los otros y Fray Perico dijo:
¡Ese es mi burro!
Fray Perico salio corriendo y el hombrecillo gritaba y gritaba pero Fray Perico ya no se enteraba.

Ana Carmona Bernal

Fray Perico en la guerra. Capítulo 29.- Disparando jamones.

Capítulo 29:
Disparando jamones

Tres frailes del convento se apoderaron de los tres cañones más importantes de los franceses. Los utilizaban para destruir las banderas de los franceses: bandera que veían, bandera que desaparecía.
Entonces se fueron hacia la ventana de la despensa para disparar mejor y desde allí comenzaron a disparar comida a la torre (porque había gente refugiada de la guerra) y rollos de gasas para los heridos; tiritas y medicinas. ¡Hasta una gallina!
Por otra parte, la comida era de la despensa y las personas que estaban allí vieron cómo su despensa se vaciaba.

Fray Perico en la guerra. Capítulo 27.- El general Olegario.

El general Olegario
Volvieron a la barca, donde fray Olegario bogaba lentamente a unos cuantos de ladrones.
Había un castillo que tenía 5 torres y una cesta.
Un cabo cogió un instrumento y sopló muy fuerte, y se fueron a un bosque muy vestido y uniformados.
Al vestido no le faltaba nada ni un botó

Fray Perico en la guerra. Capítulo 26.- Las cebollas

San Francisco estaba en un encierro del sótano de Santo Tomé. Lo malo era que el perro de San
Roque que tenía muchas pugas que aquello era el disloque. Antón, que no hacía más que roncar
con su mala educación.
Estaba,pues, San Francisco mirando por el ventano los tejados fronteros del palacio de Garcigrande cuando se asomó la cabra.
-Ahí está el santo de las barbas.
-Le echaremos unas cuantas cebollicas para que no se muera de hambre.
-He San Francisco comete estas cebollicas, son robás.



JAVIER BENITO DÍAZ.

Fray Perico en la guerra. Capítulo 25.- La carrera de la cabra

Al final, los gitanos se sentaron a asar patatas. Decidieron ir a buscar a fray Perico, al santo de las barbas y al burro. Así que cogieron un par de melones y fueron camino a Salamanca.
Se pararon en el cerro de los tres Ciruelos y se separaron, cada uno se fue para un lado, el tío Zimborio se quedó vigilando la cabra. Pero la cabra dio un topetazo y se fue corriendo cuesta abajo. Todos los gitanos corrían cuesta abajo de tras de la cabra chillando y gritando.
Cruzaron toda Salamanca. Detrás salieron los franceses corriendo. Llegaron al monte Olivete, a los dementes rompieron los dientes, luego a Santo Tomás y ya no quisieron saber más.




Rocío Alcaide Gómez

Fray Perico en la guerra. Capítulo 24.- El Zimborio y la niña de la peineta

Fray Perico en la guerra. Capítulo 16.- En el cielo, con un ramo de ciruelo.

AL CIELO CON UNA RAMA DE CIRUELO
Fray Patapalo le hizo un cardenal a un fraile y se enfado con el, y le dijo que con que se lo había echo y le dijo que con una rama de olivo y dijo que la madera dolía mucho.
Mandó al mendigo al mundo de los bienaventurados pero el mendigo que si ya le había llegado la hora y le dijo que si le había llegado la hora y le dijo como había llegado allí y le dijo que con una rama de ciruelo.

Mª Aroa Humanes Pedregal 6ª

Fray Perico en la guerra. Capítulo 23.- El puntapié.

El Puntuapíe

Entonces cuando se llevaron a San Francisco el rey de los franceses ordenó que se lo llevaran a las
posaderas del viejo castillo y cuando llegaron, San Francisco dijo que era eso porque estaba lleno de ratones, ratas y viejos recuerdos del rey de los franceses. Y entonces San Francisco se quedó allí de pie rezando.
Y aquello todo estaba muy oscuro.




Miguel Ángel Suárez montes

Fray Perico en la guerra. Capítulo 22.- Las barbas de San Francisco.

LAS BARBAS DE SAN FRANCISCO 23
Era el baile de San Francisco,una luz se encendió para todos los santos y santas. Todos los santos y santas iban al lado dónde se encendía la luz y San Francisco, era muy raro porque iba al contrario que todos ellos, iban ellos a un lado San Francisco iba al otro. La luz parpadeaba todos parpadeaban
pero San Francisco no, la luz se encendía y se apagaba ellos subían y se agachaban pero San Francisco no hacía nada. Pero en el baile de mover la barba. ¡Si la movía!
Se apagaron todas las luces y Monpetit se acostó y se tapo y se escuchaban pasos toc, toc, toc, era San Francisco que quería que le llevara al convento.

Laura

Fray Perico en la guerra. Capítulo 21.- ¡Cuidado con el santo!

¡Cuidado con el santo!
Llevaron a San Francisco a una casa.
El jefe de Monpetip le dijo a Monpetip:
-¿Quien se encargara de este Santo?Me han dicho que es muy peligroso-dijo su jefe.
-Yo me encargo-dijo Monpetip.
Después de cenar medio jamón y pollo robado, se fue a la cama. Cuando se acostó tenía un ojo cerrado y el otro abierto, para poder vigilar a San Francisco.
La lamparilla oscilaba y todos los santos y todas las cosas se iban para un lado.


María Sánchez López

Fray Perico en la guerra. Capítulo 20.- El candelabro de bronce.

CAPITULO 20: El candelabro de bronce

Encontrarán en el desván del convento un cuadro de san no se qué, otro de san no se cuántos y otro de santa Águeda y un precioso anillo de las tres santas peregrinas.


Ilustrador:Sergio Pavón García

Fray Perico en la guerra. Capítulo 19.- A Salamanca.

A SALAMANCA


El carro ya iba más despacio, San Francisco ya no podía resistir más, porque le dolía mucho el pie. Al llegar a Salamanca San Francisco echaba de menos a los frailes. San Francisco miraba para un lado y veía a San Benito, miraba para el otro veía a otro santo, y pensaba, ahí solo falto yo. El carro se atascó en una piedra y ahora venían perros por la carne.

Felipe

Fray Perico en la guerra. Capítulo 18.- El milagro de los dos mendigos.

San Francisco y los dos mendigos.
¡Como corría san Francisco! Como corría cuesta abajo.
Abajo había dos mendigos asando unas viejas y arrugadas patatas y la estaban bendiciendo, resaban para que cayeran una lluvia de sandías, tomates, melones, jamones.
Cayó un tomate y después empezó a caer el chaparrón de todas clases de de alimentos sandías, melones, tomates, jamones etc...
Dijeron los mendigos que bueno es el señor le pides pan y mira lo que nos manda.  

Jose Antonio Jiménez

Fray Perico en la guerra. Capítulo 17.- El empujón.

Capitulo: 17 El Empujón
-¡Que cosa!
Nos podrían prestar sus guerreras, sus gorros y sus espadas.
-Buena idea. Exclamó Fray Olegario. Que para dar ejemplo fue sigilosamente y con mucho pagdon le quitó todo el uniforme. Al momento se oyó un ruido en el agua y eran unos soldado de Napoleón, el general dijo:
-¡Estoy hasta la coronilla de esperar en la orillé!
Y estos se pusieron mas tiesos que un palo. Entre la espesura salieron unos soldados y el general para que no lo descubrieran les metió un empujón y los de napoleón se dieron cuenta de que estaba bien cabreado.

David

Fray Perico en la guerra. Capítulo 15.- Tres sartenazos.

Abraham García Gutiérrez

Fray Perico en la guerra. Capítulo 14.- El árbol de la paz.

EL ARBOL DE LA PAZ
Estaban en el convento y de pronto le entraron ganas de pasear y se salieron fuera y de pronto vieron un árbol un poco raro y se dieron cuenta de que era el arbol de la paz.
Fray carapatata se iba a la guerra y fray Olegario le enseñó a luchar y al final se fue a la guerra.

Luis Manuel

Fray Perico en la guerra. Capítulo 13.- De dos en dos.

Después de haber enterrado a las avecillas que habían fallecido, los frailes decidieron irse al lago, pero antes se lo preguntaron a San Francisco.

Él dijo que si, pero que fueran de dos en dos.

Ellos le hicieron caso y se fueron.

Andrés

Fray Perico en la guerra. Capítulo 12.- El obús.

EL OBÚS
Había una máquina rota.
La máquina era gris.
José Antonio gallardo sánchez

Fray Perico en la guerra. Capítulo 11.- Las aves de San Francisco

Las Aves de San Francisco
Fray Sisebuto estaba en el corral y también en la cuadra. Una vez le dio un picor, que había ladrillos
en el corral en la cuadra y cogió los ladrillos y empezó a echarlo para fuera, fuera estaba Fray Patapalo y lo vió a Fray Sisebuto sacando los ladrillos a la calle. Luego se dio un porretazo en el dedo de la mano derecha.

Fco Javier Gallardo

Fray Perico en la guerra. Capítulo 10.- Zafarrancho de combate.

Todos los frailes estaban tocando,cacerolas,ollas.

Los huesos de los muertos retumbaban.
Hasta que búm búm un obús entró por la chimenea y rompió la cocina.



Daniel Esquivel

Fray Perico en la guerra. Capítulo 9.- Las lentejas

Fray Olegario, entró en la despensa sin hacer caso a nadie. Cogió las lentejas y empezó a tirar pedruscos por la ventana, que las gallinas se las comían para hacer la digestión.
Fray Olegario cogió todos los cacharros del convento para echar las lentejas.

Ilustrador/a: Rocío Cintado.

Fray Perico en la guerra. Capítulo 8.- La sartén

Fray Patapalo tenía una sartén. Freía sardinas
Miguel Cerco

Fray Perico en la guerra. Capítulo 7.- Siguen los ronquidos.

Siguen los ronquidos

Era un día normal y corriente en el que los frailes creían que era el fin del mundo y se fueron corre que te corre a la capilla.
Uno de los frailes se levantó y le dio un codazo a otro y ese dijo:
-Esta todo bien las flores , los bancos , pero.......¡falta San Francisco!
-Pues yo creo que han sido los franceses así que a por ellos.
-Pues cojamos un mazo y a por ellos o también podemos coger el mazo de una sarten.

Ana Carmona

Fray Perico en la guerra. Capítulo 6.- Dos ladrones y uno más

Jesús Emilio Cadena

jueves, 11 de marzo de 2010

Fray Perico en la guerra. Capítulo 4.- ¡Sin Padre!

Capítulo:4 ¡Sin Padre!

Era un día en una iglesia estaba todo patas arriba los bancos rotos , los cuadros partidos y las flores
marchitas.
Los frailes estaban muy preocupado porque no tenían padres y hacían como padre a San Francisco
y estaban pidiendo dinero en la esquina de la iglesia



Ilustrador: Jesús Bohórquez Portillo