Una losa del castillo se rompió y empezó a temblar el castillo como si hubiera un terremoto. Eran
dos soldados del castillo y se oyeron voces y gritos.
El tío Lombrices tiró una zapatilla y salio corriendo con una pierna menos hasta que al final ya se
quitó las voces y los gritos y todo el convento se quedó en silencio.
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