-¡Que cosa!
Nos podrían prestar sus guerreras, sus gorros y sus espadas.
-Buena idea. Exclamó Fray Olegario. Que para dar ejemplo fue sigilosamente y con mucho pagdon le quitó todo el uniforme. Al momento se oyó un ruido en el agua y eran unos soldado de Napoleón, el general dijo:
-¡Estoy hasta la coronilla de esperar en la orillé!
Y estos se pusieron mas tiesos que un palo. Entre la espesura salieron unos soldados y el general para que no lo descubrieran les metió un empujón y los de napoleón se dieron cuenta de que estaba bien cabreado.
David
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