Había una vez un sapo que se sentia solo y le dijo una cigüeña que a un mosquito, a una ratita y a un conejo que le beseran pero no quisieron se fue a una charca y se dijo a si mísmo:<
me daré el beso yo mismo>. De pronto apareció una pulga y se lo quiso comer.
El sapo creyó que ese pez le queria dar un beso. El sapo se fue a dormir muy feliz y a media noche se acercó una rana y le dio un beso. El sapo se quedo muy feliz.
Sara El Bounizich Lorca
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.